Mientras Dios descanzaba.
No entendía nada. Me agradaba. Bueno admiraba su belleza, no quiero lucir condicionado por su apariencia. Pero su color piel, blanca como la perla, como una luz brillante que hacia encender mis ojos. Mi cabeza daba vueltas en un extasis de sentimientos confusos, que ni lograba a concebir. Por que para poder conocer a otros para luego principiar una relacion, se necesita conocerse así mismo, pero si ni siquiera me entendía. Con que libertad me di el lujo de enviar tales palabras, la cual yo consideraba naderías. Ya excedía mas de las 9, Dante, invitado subliminalmente. Se encontraba en un cumpleaños de un amigo, Rodrigo, no permaneció bastante tiempo en aquel evento. Por diversas razones, se sentía extenuado, incomodado por las miradas clandestinas por las demás invitadas, las cuales lo miraban como un chico extraño, como una espina en un pescado. Se retiró, sin antes concluir entonando " Happy Bhirtday", como era costumbre...